Cada 22 de marzo se conmemora el día mundial del agua, y con ese motivo es pertinente recordar que en el territorio del MerCoSur está la que es posiblemente la mayor reserva de agua dulce del mundo, al acuífero Guaraní. Sólo el 0,007 por ciento del agua dulce del planeta es accesible para el hombre; un recurso del que están privados 758 millones de personas.
A pesar de ello, el agua se desperdicia y es importante entender que hay que reutilizar el agua que malgastamos en nuestras casas, ciudades, industrias y agricultura y que fluye de vuelta a la naturaleza, contaminando el medio ambiente y perdiendo nutrientes valiosos.
En Brasil están las mayores superficies de aguas superficiales, como el Amazonas y el Paraná. En el caso del río Uruguay, su cuenca es más del 70 por ciento brasileña, y en el caso del Acuífero el 80 por ciento del mismo está en su territorio.
La cooperación en la esfera del agua entre los países del MerCoSur es crucial para la seguridad, la lucha contra la pobreza, la justicia social y la igualdad de género.
La buena gestión y la cooperación entre los diferentes grupos de usuarios promueven el acceso al agua, la lucha contra su escasez y contribuyen a la reducción de la pobreza. La cooperación permite un uso más eficiente y sostenible de los recursos hídricos y se traduce en beneficios mutuos y mejores condiciones de vida.
También es fundamental para la preservación de los recursos hídricos, la protección del medio ambiente y puede contribuir a superar tensiones culturales, políticas, sociales y establecer la confianza entre las personas, las comunidades, las regiones o los países.
Por qué debemos ahorrar y reutilizar
Sólo el 0,007 por ciento del agua dulce del planeta es accesible para el hombre; un recurso del que están privados 758 millones de personas.
Somos en un 60 por ciento agua; un 78 por ciento en el caso de los bebés. Podemos vivir semanas sin comida; pero moriríamos a los pocos días sin agua. Cada caloría que nos comemos ha sido regada con un litro de agua y para producir esa polera de algodón de talla mediana que se viste se usaron 4.100 litros.
El simple hábito de lavarse las manos es el mejor tratamiento para combatir enfermedades y eliminar gérmenes, dice la Organización Mundial de la Salud, pues en un gramo de desecho orgánico humano viven un billón de gérmenes.
Pero, ¿qué pasa con los que no tienen las mismas facilidades? Según la OMS, Cerca de tres millones de personas en todo el mundo carecen de instalaciones sanitarias adecuadas y unas 800 millones de personas en todo el mundo no tienen acceso a una fuente de agua potable. De hecho, en los países en desarrollo, las mujeres y niñas destinan el 25 por ciento de su tiempo diario en proveer de agua a sus familias.
El 90 por ciento del agua que se usa en los países en vías de desarrollo vuelve a los ríos sin ningún tratamiento, contaminando los recursos hídricos que después causan las enfermedades. Alrededor de 1.400 niños menores de cinco años mueren por falta de agua e higiene adecuadas.
El 38 por ciento del agua del planeta se consume en China, India y Estados Unidos. El cuarto puesto lo ocupa Brasil. Para el año 2050, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico calcula que habrá 2.300 millones de ciudadanos más, incrementándose la demanda de agua en un 55 por ciento por las necesidades industriales, energéticas y domésticas.
Por otra parte, todos podemos usar el agua de manera más eficiente y reutilizarla. Actividades como lavarnos los dientes, poner la lavadora o limpiar el auto pueden suponer la pérdida o el ahorro de miles de litros.
Solo el 0,007 por ciento del agua dulce del planeta es accesible para el hombre; un recurso del que están privados alrededor de 800 millones de personas. Hay que repetir esto hasta tomar conciencia de lo que significa.
No desperdiciar agua
La humanidad necesita agua. Una gota de agua es flexible. Una gota de agua es poderosa. Una gota de agua es más necesaria que nunca.
El agua es un elemento esencial del desarrollo sostenible. Los recursos hídricos, y la gama de servicios que prestan, juegan un papel clave en la reducción de la pobreza, el crecimiento económico y la sostenibilidad ambiental. El agua propicia el bienestar de la población y el crecimiento inclusivo, y tiene un impacto positivo en la vida de miles de millones de personas, al incidir en cuestiones que afectan a la seguridad alimentaria y energética, la salud humana y al medio ambiente.
En la actualidad alrededor de 700 millones de personas viven sin suministro de agua potable cerca de casa, lo que les obliga a pasar horas haciendo cola o trasladándose a fuentes lejanas, así como a hacer frente a problemas de salud debido al consumo de agua contaminada.

Es necesario aumentar la recolección y tratamiento de las aguas residuales y reciclarlas de una forma segura. Al mismo tiempo, hay que reducir la cantidad de agua que contaminamos y malgastamos para ayudar a proteger el medio ambiente y los recursos hídricos.
Datos destacados
Mundialmente, más del 80 por ciento de las aguas residuales que generamos vuelve a los ecosistemas sin ser tratada ni reciclada.
Además, 1800 millones de personas usan una fuente de agua contaminada por material fecal, poniéndolas en riesgo de contraer el cólera, la disentería, el tifus o la polio. El agua no potable, y unas pobres infraestructuras sanitarias, así como la falta de higiene, causa alrededor de 842 000 muertes al año.
Las oportunidades de explotar las aguas residuales como un recurso son enormes. El agua tratada de una forma segura es una fuente sostenible y asequible de agua y energía, así como para obtener nutrientes y otros materiales recuperables.