¿Por qué se emplean tantas palabras en inglés, si en realidad no es necesario hacerlo?

Estamos perdiendo conocimiento por insistir en que todo sea en inglés. Si uno asiste a cualquier conferencia académica internacional, es muy probable que la discusión se lleve a cabo en inglés. Para cualquiera que quiera compartir una investigación, el inglés se ha convertido en el medio para su estudio, presentación y docencia. Eso puede facilitar la colaboración de personas que hablan diferentes idiomas. Pero ¿se está perdiendo algo?, ¿las investigaciones no realizadas en inglés están siendo marginadas?

Una campaña llevada a cabo años atrás por académicos alemanes asegura que la ciencia se beneficia al ser abordada a través de diferentes idiomas. Los investigadores cuya lengua materna no es el inglés señalan que deben suscribirse a teorías angloamericanos si quieren publicar en las principales revistas internacionales. Según el lingüista alemán Rainer Enrique Hamel, en 1880 había un 36 por ciento de publicaciones científicas en inglés, un porcentaje que se elevó a un 64 por ciento en 1980. Pero esta tendencia se acentuó aún más, de modo que para el año 2000, entre las revistas reconocidas por el Journal Citation Reports, el 96 por ciento estaba en inglés.

Publicar en estos medios influye a la hora de puntuar a las universidades, lo que a su vez afecta a la financiación y el reclutamiento de estudiantes, por lo que las universidades animan a sus investigadores a utilizar el inglés fomentado así el círculo vicioso. Esta tendencia se ve aún más reforzada con el incremento de cursos en Europa y Asia impartidos en inglés. En Holanda, la Universidad de Maastricht ofrece 55 cursos de máster en inglés y sólo ocho exclusivamente en holandés. La Universidad de Groningen ahora utiliza el inglés como su principal idioma. 

En el año 2020, en Alemania, una campaña liderada por académicos, llamada ADAWIS, quiere preservar el alemán como lengua de la ciencia. Los expertos dicen que muchos campos de la ciencia se desarrollan debido a los diferentes enfoques adoptados por investigadores que utilizan sus lenguas nativas.

El profesor Ralph Mocikat, especialista en inmunología molecular al frente de ADAWIS, señala que cada idioma utiliza diferentes patrones de “argumentación” y tiene su propio modo en llegar a las conclusiones desde el debate y examen de la evidencia. El profesor Mocikat recalca que los académicos suelen utilizar metáforas del lenguaje cotidiano a la hora de discutir o resolver un problema y éstas no siempre pueden ser traducidas de manera literal. “El lenguaje elabora el pensamiento. Es por esto por lo que el lenguaje juega un papel crucial en el progreso de la ciencia”, asegura.

En Argentina, en tanto, estamos ya cansados de ver negocios con nombres en inglés, incluso ofertas que se publicitan en ese idioma. Además, cada vez más se emplea en los medios de prensa palabras en inglés, cuando el castellano es tan rico y tiene un sinfín de sinónimos. Pero se usa online, offshore, trade of, cool, por ejemplo, o en una vidriera 60% off, fashion, style, glamour, sales cash... La lista sigue.

¿Será que lo hacen porque de esa manera atraen mayor número de clientes?. Si así fuera, habría que analizar de manera urgente en qué nivel está la educación y el grado de raciocinio en Argentina. 

Cuando el entrerriano Pedro Luis Barcia presidía la Academia Argentina de Letras (del año 2001 a 2013), afirmó que los jóvenes se comunican con un vocabulario de doscientas palabras castellanas. Grave. Muy grave.