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Cuando San Martín desobedeció a Buenos Aires y no atacó a los caudillos federales – Chajarí Digital

Cuando San Martín desobedeció a Buenos Aires y no atacó a los caudillos federales

El 18 de enero de 1817 José de San Martín comenzaba la salida de Mendoza para emprender el cruce de la cordillera de los Andes y, tras esa fantástica tarea, lograr la independencia de Chile y Perú. Este inmenso militar tuvo relación con la región que incluye a la provincia de Entre Ríos; más precisamente con Artigas.

Es de recordar que en febrero de 1814, Artigas era declarado traidor a la patria por la asamblea que presidía Gervasio Antonio de Posadas. 

Hay que apuntar además que, tiempo después, San Martín recibía la orden de Buenos Aires de atacar a Artigas, pero el Libertador no les hizo caso a los porteños y de Chile siguió hacia Perú, para terminar con el dominio realista, lo que logró. San Martín hizo esto pasando por encima de las pretendidas órdenes de un grupo que le hacía el juego a los intereses de España y también de Inglaterra, poniendo en evidencia que a Buenos Aires le preocupaba más la autoridad de los caudillos federales que la independencia de los pueblos americanos.

San Martín respetaba a los caudillos y, en el caso concreto de José Gervasio Artigas, se carteó con él, como también lo hiciera con Estanislao López, caudillo de Santa Fe. 

Según lo informara el Instituto Artiguista de Santa Fe, en una misiva, San Martín decía a Artigas: “Mi más apreciable paisano y señor: no puedo ni debo analizar las causas de esta guerra entre hermanos. Y lo más sensible es que siendo todos de iguales opiniones en sus principios, es decir, de la emancipación e independencia absoluta de la España. Pero sean cuales fueran las causas, creo que debemos cortar toda diferencia y dedicarnos a la destrucción de nuestros enemigos, los españoles, quedándonos tiempo para transar nuestras desavenencias como nos acomode, sin que haya un tercero en discordia que pueda aprovecharse de estas críticas circunstancias. Cada gota de sangre americana que se vierte por nuestros disgustos me llega al corazón. No tengo más pretensión que la felicidad de la Patria; en el momento en que ésta se vea libre renunciaré el empleo que obtenga para retirarme, teniendo el consuelo de ver a mis conciudadanos libres e independientes...”

En su desesperación porque la guerra civil no hiciera perder el norte de la lucha iniciada en 1810, San Martín también se dirigió a Estanislao López, caudillo de Santa Fe.

Esto no debería asombrar a nadie, ya que tanto San Martín como los caudillos federales tenían muy en claro que la mejor manera de integrarse al mundo era la unidad de la América del Sur, con el mismo espíritu que sesenta años más tarde impulsó a José Hernández, en la voz de su “Martín Fierro”, a indicar claramente: “Los hermanos sean unidos porque esa es la ley primera. Tengan unión verdadera en cualquier tiempo que sea, porque si entre ellos pelean los devoran los de afuera”