Buenos Aires, a la fuerza, tuvo que aceptar la autonomía entrerriana

El 10 de septiembre de 1814, el Director Supremo Gervasio Antonio de Posadas dictó el decreto de creación de la provincia de Entre Ríos y Corrientes. Fue entonces que Entre Ríos tomó sus límites actuales e inició su historia como Estado provincial autónomo.

En realidad el hecho fue una jugarreta obligada del Director Supremo a consecuencias de la imposibilidad de Buenos Aires de aplastar la autonomía entrerriana, lo que quedó más que en evidencia en la batalla de “El Espinillo” en febrero de ese año.

“El Espinillo” fue la batalla inicial de la guerra que durante décadas dividió al país entre unitarios y federales. Gracias a la batalla mencionada, los federales entrerrianos lograron el control de la provincia, motivo por el cual a Posadas no le quedó otra cosa que hacer, tras la derrota de sus tropas, que firmar un decreto por la que creó la provincia soberana de Entre Ríos, estableciendo límites, autoridades y sistema de gobierno.

El federalismo, que vale destacar estaba en el Litoral y no en Buenos Aires, sentaba bases profundas entre los habitantes de estas comarcas.

Antes de la batalla de “El Espinillo”, el 20 de enero, Artigas había abandonado el sitio a Montevideo con más de 3.000 hombres, lo que disgustó al Directorio e hizo que ofreciera 6.000 pesos a quien lo entregara vivo o muerto. El 20 de febrero Hereñú reconoció a Artigas como Protector de los Pueblos Libres y desconoció la dependencia entrerriana del cabildo de Santa Fe. El 23 de abril se declaró la independencia de Entre Ríos y el Directorio inició negociaciones con Artigas, ante la imposibilidad de apresarlo y menos de matarlo.

De manera que Buenos Aires, a la fuerza tuvo que aceptar la independencia entrerriana, algo que luego se encargaría de anular en los hechos, ya que rechazó los planteos federalistas de Artigas como antes había rechazado a los enviados a la Asamblea del año XIII. O sea, fue una firma en un papel, pero en los hechos los porteños jamás aceptarían el federalismo.

El profesor Mauricio Castaldo, de María Grande, sostiene que el 22 de febrero de 1814 nació políticamente Entre Ríos como territorio autónomo en el combate de “El Espinillo”. Después del triunfo se declaró la independencia entrerriana, la soberanía particular del pueblo entrerriano confederado en la liga artiguista revolucionaria. Hasta ese momento, Entre Ríos había sido el patio trasero de Buenos Aires y Santa Fe, que se repartían las decisiones, la riqueza y el poder.

Entre Ríos pasó a ser entonces uno de los Pueblos Libres de la Liga Federal artiguista hasta 1820. El proyecto federal era claro: independencia sudamericana, autonomía y confederación. Estas tres cosas debían ir de la mano, porque no habría independencia verdadera y libertad sin autonomía. Tampoco habría pueblos libres sin lucha común federada por la independencia.

Es interesante poner en claro este tema, ya que pensar que Posadas firmó aquél decreto porque quería un país federal, es en extremo mentiroso. Buenos Aires nunca buscó el federalismo porque no quería perder sus privilegios.