Fue uno de los primeros anuncios de las nuevas gestiones de gobierno provincial y nacional: la paralización de la obra pública a fin de cumplimentar con el ajuste delineado en campaña y frente a la situación económica reinante. La falta de presupuesto para las obras llevó, en el caso de Entre Ríos, a un período de relevamiento de las que están en marcha, verificación del estado de las mismas y, eventualmente, definición sobre la continuidad o no. Etapa que en principio correría por seis meses.
La decisión replicó en Chajarí y en la zona, afectando a unos 120 obreros de la construcción, más allá de los demás actores que intervienen en la actividad, involucrados concretamente en la construcción de viviendas, de un edificio escolar y en el tendido de gas, entre otros.
Esta situación fue evaluada en la mañana de este lunes entre el intendente Marcelo Borghesan y el delegado local de la UOCRA, Pedro Ortiz, quien transmitió que se perdieron 120 puestos de trabajo con la paralización de la obra pública nacional y provincial.
En el acto de entrega de viviendas de esta mañana, Borghesan aludió al encuentro. “Más que nunca debemos valorar la buena administración, tener todo bien en orden. La Nación no lo hizo, la provincia tampoco lo hizo y se heredaron situaciones complicadas. y por eso hoy tenemos parate en la obra pública”, dijo.

“Por suerte nuestra municipalidad puede seguir con este plan (de viviendas), con las obras en marcha, y eso genera fuente de laburo, albañiles, corralones”, apuntó Borghesan.
En el encuentro con Ortiz, según se informó, la gestión local comprometió “el apoyo y las gestiones para que las obras puedan reanudarse y, de esa manera, garantizar el trabajo de quienes desempeñaban tareas en las mismas”.