En la provincia y tras cuatro años, el gobierno entrerriano publicó la reglamentación de la Ley Nº 10.671, norma ésta que había sido sancionada en 2019 y había declarado a los humedales e Islas de Victoria como área natural protegida bajo la modalidad de manejo de Reservas de Usos Múltiples.
Se trata de la Reserva de Usos Múltiples “Humedales e Islas de Victoria”, un espacio de unas 360.000 hectáreas ubicado entre las ciudades de Victoria y Rosario. Será cuidada a través de un Plan de Manejo y Usos que tendrá vigencia, al menos, hasta el 2028.
Importante
El área alberga una rica diversidad ecológica con valor en sí mismo, y brinda múltiples y fundamentales servicios ecosistémicos para la comunidad.
La región conforma un inmenso humedal con una gran diversidad biológica, entre muchas especies de reptiles, cerca de 180 tipos de peces y más de 200 de aves -varias en peligro de extinción-, entre otros animales que conviven entre islas, humedales, bosques y comparten 38 arroyos.
Sitios Ramsar
Se trata de un área de 21.450 hectáreas, ubicada en los departamentos Colón y San Salvador. La ciudad más cercana es Ubajay, a 6 kilómetros de distancia.
Por otra parte, el 5 de junio de 2011 se designó a la zona como sitio Ramsar.
Vale apuntar que un sitio Ramsar es un humedal designado como de importancia internacional bajo el Convenio de Ramsar. La Convención sobre Humedales, conocida como la Convención de Ramsar, es un tratado ambiental intergubernamental establecido en 1971 por la UNESCO, que entró en vigor en 1975.
También es un sitio Ramsar los humedales del Delta del Paraná, que ocupa a Entre Ríos y Santa Fe.
Se trata de una región de 243.166 hectáreas que fue designado sitio Ramsar el 3 de octubre de 2015.
El sitio comprende humedales continentales de origen fluvial asociados a la llanura de inundación del río Paraná, en sus tramos Medio e Inferior. Incluye dos Parques Nacionales: “Predelta” e “Islas de Santa Fe”, así como territorio perteneciente a la jurisdicción de las provincias de Entre Ríos y Santa Fe.
En el Sitio, la planicie aluvial, de entre 20 y 40 km de ancho, está ocupada por depósitos aluviales y por cuerpos lóticos (arroyos y ríos) y leníticos (lagunas) de diferentes tamaños, con conectividades y dinámicas morfológico-sedimentarias distintas, determinadas por la dinámica fluvial.
En el cauce principal hay bancos de arena e islas, los de mayor superficie rondan las 1.000 ha, como la isla Campo el Rico. Existe además una densa red de cauces menores con albardones que delimitan lagunas someras y pantanos sub-circulares. Se destacan grandes lagunas que tienen escasa profundidad (2 a 3 metros en aguas medias) y gran elasticidad, características relevantes para la reproducción, cría y desarrollo de especies ícticas importantes para la actividad pesquera. Las más extensas tienen alrededor de 20.000 ha, como la laguna Coronda.
El río actúa como corredor biogeográfico y por esta razón conviven especies de regiones tropicales, subtropicales y templadas. Las comunidades vegetales y la fauna están adaptadas a la potente dinámica espacio-temporal impuesta por el régimen de pulsos, con fases de inundación y sequía.
El sistema cumple un rol importante como reservorio de biodiversidad brindando alimento, refugio y sitios de reproducción a numerosas especies de peces, algunas de ellas migratorias, de alto valor económico e interés para las pesquerías comerciales y deportivas, importantes como fuentes de proteínas para alimentación humana y con un rol relevante en el ecosistema. Sus desplazamientos son de carácter básicamente reproductivo, trófico y térmico, y van desde unos 400 km en promedio como las del sábalo, boga y armado común, hasta unos 1500, como las del dorado y el patí. Otras especies como los surubíes, el manguruyú el armado chancho, los mandubíes, el bagre amarillo, el chafalote, y la saraca también son migratorias, pero sus desplazamientos son menos conocidos.
Asimismo, el Río Paraná también constituye un corredor migratorio para aves como los chorlos y playeros neárticos (13 especies de Charadriiformes) que utilizan sus humedales como áreas de alimentación, principalmente en aguas bajas, donde se observan por centenares. Migrantes patagónicos también usan sus humedales en invierno, como el macá grande (Podiceps major), el cisne de cuello negro, el sobrepuesto y la remolinera común.
En el Parque Nacional Predelta el conjunto de aves presenta variaciones estacionales notables. La oferta de alimento para las insectívoras disminuye en la época fría, muchas se retiran a invernar en sitios más cálidos del norte de Sudamérica y hemisferio norte: cuclillos (Coccyzus sp.), capuchinos, tiránidos (Tyrannus savana, Elaenia sp., Myiodinastes maculatus, Myiophobus fasciatus), y las golondrinas (Progne sp., Tachycineta leucorrhoa, Hirundo rustica). El Parque funciona como área de invernada para especies provenientes del sur del país.

¿Por qué los humedales están en peligro?
Los humedales enfrentan amenazas constantes como la urbanización, la deforestación no controlada, alteraciones en gestión del agua como extracciones excesivas, desvíos, la contaminación proveniente de múltiples fuentes, la explotación excesiva de recursos como peces y madera, además del creciente impacto del cambio climático.
Estos factores no solo amenazan la integridad de los humedales sino que también comprometen su capacidad para seguir brindando servicios esenciales a la humanidad y al conjunto del ecosistema terrestre.
Situación de la ley de humedales en Argentina
La Argentina aprobó la Convención sobre los Humedales en 1991, a través de la Ley 23.919 (con sus enmiendas en la Ley n.º 25.335). Desde entonces, el país designó 23 Humedales de Importancia Internacional, que abarcan una superficie total de 5.687.651 hectáreas.
El primer proyecto legislativo para establecer una normativa que proteja los humedales fue presentado en 2013 y durante casi una década se presentaron distintas propuestas hasta que en noviembre de 2022 las comisiones de Recursos Naturales y Conservación del Medio Ambiente, Agricultura y Ganadería, y Presupuesto y Hacienda dieron dictamen favorable al proyecto de ley de “Presupuestos Mínimos para la Conservación, uso racional y sostenible de los humedales”.
En ese momento, los ejes de la iniciativa se centraban, a grandes rasgos, en: una definición técnica de qué son humedales (con amplio consenso científico), un Inventario Nacional de Humedales (con un ordenamiento territorial de los mismos), y quiénes debían ser las autoridades a cargo de su resguardo, entre otros puntos. Sin embargo, esta iniciativa nunca llegó a ser tratada por la Cámara de Diputados y terminó perdiendo estado parlamentario.
