Este miércoles 29 de junio, ingresó al Concejo Deliberante de Chajarí un proyecto, solicitando la modificación de la Ordenanza N° 1125. La nota a las que se hace referencia, lleva la firma de no menos de 20 vecinos, propietarios de propiedades lindantes al arroyo Yacaré, y profesionales de la Agronomía.
En la mencionada solicitud, se menciona la necesidad de modificar los anchos establecidos en la Ordenanza, argumentando que “las restricciones establecidas se han tornado excesivas y confiscatorias. El vecino lindante al arroyo, debe abandonar una superficie importante, en la que no puede construir, perdiendo en ocasiones toda la propiedad”.
En tal sentido este jueves, el agrimensor Carlos Alberto Panozzo, explicó a RADIO CHAJARI que “los vecinos necesitan que se adecue la Ordenanza pero que no les afecte el uso del terreno. La mayoría de los terrenos lindantes al arroyo tienen importante valores económicos, y es grave que en algunos casos los mismos se hacen inutilizables (…)
Más adelante, el profesional sostuvo que “antes los anchos eran con los mismos números en cuanto a sus medidas, pero con el tiempo todo fue cambiando mucho. Hoy vemos máquinas que limpian el arroyo y van prácticamente por el interior del mismo, y por los tantos esos anchos lindantes son muy exagerados, y hay terrenos que pierden demasiado espacio, lo que perjudica a sus propietarios (…) A algunos propietarios les quedan seis ó siete metros sobre calle Repetto, nada más. Recordemos que el objetivo de esas medidas de ancho tuvieron siempre que ver con la limpieza y mantenimiento del arroyo”.
“En cuanto a las inundaciones, el Estado debería otorgar cotas para establecer los espacios utilizables”, detalló. Asimismo, Panozzo dijo que “el arroyo Chajarí también tiene algunas condiciones que son diferentes al del arroyo Yacaré. El resto de los arroyos, no tienen ninguna legislación al respecto (…) Si uno compra un terreno cerca de cualquier arroyo, no hay control por parte del Estado. Cunado se hace un loteo, hay que fijarse en las restricciones en los cursos de agua que están en el mismo”.
“Lamentablemente el Estado a veces llega tarde a todo, porque tenemos leyes de muchos años atrás. En la zona rural por ejemplo, también existen cursos de agua y el Estado dice que son de su propiedad, por lo que los agrimensores tenemos que hacer otro tipo de mensuras en las propiedades. También sucede esto con los montes nativos (…) Me parece bárbaro que haya controles, pero de manera organizada”, referenció Panozzo.
También el agrimensor dijo que “los humanos somos animales especiales, y hacemos generalmente basurales y cloacas cerca de los arroyos. Los mismos deben ser respetados y cuidados (…) Las excepciones siempre logran que un determinado vecino haga lo que no se puede hacer, y eso lo hablamos con nuestros colegas”.
Panozzo manifestó más adelante que “yo no se si esto saldrá favorable para con los vecinos (en relación al pedido elevado al Concejo Deliberante), porque muchas veces se toman decisiones que lo son, y otras que no (…) Los controles de los cursos de agua son potestad del Estado, pero el problema es que no hay una estructura que se ocupe de esto, con personal idóneo, que se encargue de inspeccionar los arroyos, estableciendo las líneas correspondientes”.